martes, 1 de julio de 2008

Bruno Walter recuerda y analiza a Mahler.



Bruno Walter fue el discípulo y protegido de Gustav Mahler que logro conservar su cercanía personal hasta el último día, acompañándolo en su lecho de muerte.

Walter fue quien estreno la obra inédita de Mahler. Los Cantos de la tierra y la Novena Sinfonía fueron conducidas bajo su batuta por primera ocasión.

Este libro es una defensa de Mahler que asombra por su lucidez y objetividad pese a lo difícil de las condiciones en que fue elaborado. Escrito en 1936, en el marco de la dominación nazi de Alemania (y por ello de la desaparición de la obra de Mahler), busca encarar y combatir la prohibición del compositor de origen Judío, atajando al olvido.

El libro se compone de dos partes: Un apartado de recuerdos –que en su día fueron una abierta toma de partido --, y una sección en la que se reúnen los análisis de Mahler como director de ópera, como director de orquesta, como compositor y como persona. Esta última sección es de un valor inestimable en nuestros días, porque es un testimonio único, directo, de un protagonista, para conocer lo que se propuso y lo que logro realizar Gustav Mahler en su trabajo musical.

El testimonio que Bruno Walter nos entrega de la gestión de Mahler como conductor de opera no se encontrara en ningún otra fuente. Walter codirigió, auxilio y diseño al lado de Mahler las puestas- en- escena que recuperaron el lugar de Viena en el panorama operístico europeo de la preguerra. Es una narración imprescindible para quien se interese en la opera, y una lectura obligada para quien gusta de Mahler, porque logra develar una dimensión oculta de Mahler, al que le restituye como un hombre de teatro, cosa que no es fácil de recuperar por la ausencia total de grabaciones y registros plásticos.

No es menos importante el testimonio en la recuperación de lo que fue el papel histórico de Mahler como conductor de orquesta. Esta faceta del quehacer Mahleriano también nos ha sido negada por limitaciones técnicas de la época, aunque se cuenta con las re-orquestaciones que hizo de Beethoven y Schumann. La narración de Walter nos conduce a una mayor admiración y respeto por Mahler, pues documenta lo que fue el paso de uno de los grandes directores de todos los tiempos.

El apartado destinado a Mahler como compositor es un análisis de cada sinfonía que es –para decirlo simplemente—insustituible.

El testimonio de Mahler como persona es de un gran valor porque no deja lugar a dudas de su difícil personalidad, sus modos dictatoriales con la orquesta, su falta de sociabilidad y su carácter místico. Mahler fue un alma muy atormentada, y su discípulo más querido, su hijo por decisión, lo narra con valentía.

El volumen es obligado para todo estudioso de Mahler,incluye un breve ensayo de Pierre Boulez de1976, Su texto aborda problemas de fondo en la música de Mahler que siguen en debate.


Bruno Walter, Gustav Mahler, Alianza editorial, Madrid 1983.